Os traigo una receta de un postre otoñal que os va a encantar por su sencillez y por su sabor!
Hace poco se celebró en mi localidad un evento por segundo año consecutivo y esperamos que perdure muchísimos más porque está siendo realmente un aliciente genial para muchas cosas y con el éxito que está teniendo, seguramente así será.
Ese fin de semana mi pueblo se llena de pescadores y de payeses antiguos. Se trata de una recreación de una época pasada en mi pueblo, exactamente de 100 años atrás de cómo se vivía y tal, en un pueblo marinero y payés, básicamente. La han llamado "Orígens" que significa "orígenes".
Las actividades, desfiles, exposiciones, representaciones, el bullicio de la cuestión, ... todo se centra en un par de calles cerca del mar, en un barrio que popularmente se le conoce como "Lo Xicago" y mejor no entro en detalles del por qué del nombre....jjjj....
La gente local se está implicando muchísimo tanto vistiéndose con ropas tradicionales para recrear esa época en los principios del pueblo como aportando objetos y servicios para activar la participación de la gente tanto local como forastera. Y está siendo un exitazo. Con el carácter abierto de los de mi pueblo y su talante hospitalario y sociable no es de extrañar. Somos la repera! y no es una opinión sólo subjetiva sino de muchos forasteros que me han ido confirmando tal percepción.
Y ya vayamos al grano... una de las actividades del evento fue un taller de repostería en el que enseñarían a elaborar los conocidos "pastissets" (pastelitos, en castellano) y otro postre popular en mis tierras que se llama "menjar-blanc" (comida blanca, en castellano) del cual en mis inicios como bloguera-jabonera ya os hablé por el jabón de menjar-blanc que hice. Abajo una fotito con 2 piezas de este jabón simulando una cazuelita de barro con su "crema blanca" dentro, y... una menjar-blanc real. Riquísimo!
Un menjar-blanc auténtico con 2 jabones hechos con menjar-blanc auténtico. |
Pues bien, del menjar-blanc nada se supo. Se dijo que si lo habían enseñado por la mañana, o sea, en otro horario. Y cuando fuimos, sólo enseñaron los "pastissets" y menos mal porque tenía ganas de aprender a hacerlos hacía años.
Además, por suerte, le tocó a mi hijo hacer un trabajo justamente sobre esta actividad-taller y a lo mejor por ello hoy día puedo decir que sé hacer "pastissets" y además salen buenísimos! Y son super fáciles de hacer! En toda España y más p'allá podrán encontrar los ingredientes, pues son básicos. Sin huevo y sin leche. Y tuneables. Se pueden rellenar con chocolate, requesón, mermelada, crema de boniato, ...hacer con harina sin gluten, supongo... ¿Qué más se puede pedir?
El relleno original es con cabello de ángel, o sea, mermelada de calabaza. Para mí, lo mejor.
Ingredientes para la masa:
- 2 vasos(200 ml) de aceite de girasol
- 3 pizcas de azúcar
- 1 vaso de mistela (licor como el moscatel) pero dejar 2 dedos hasta el borde para acabar el vaso con anís (licor de anís)
- 1/2 kg de harina, pero la que entre, hasta que no se pegue en las manos y se deje manipular bien.
Para el relleno: al gusto.
- Para la cantidad anterior de masa suele ser suficiente un bote pequeño de cabello de ángel (520 grs.) Dejé la foto arriba.
Suelen salir dos docenas de pastissets de un tamaño normal, mediano. Cuanto más pequeños, más cantidad, obviamente.
Si no queréis tanta cantidad, pues reducir todas las cantidades a la mitad. Pero os aseguro que os arrepentiréis...jjj...salen buenísimos!
Elaboración:
Empezar mezclando los ingredientes de la masa en un bol alto porque entra mucho ingrediente líquido.
Ir mezclando como quieras (batidora de mano, cuchara grande,...) y amasando cuando ya tu veas que se puede meter la mano. Que se va pegando a los dedos? Ve añadiendo poco a poco más harina.
Una vez la masa ya no se nos pega, hacer bolitas del tamaño que queráis y aplastar en un trozo de papel de horno.
Necesitaréis papel de horno para poder mover los círculos que luego cerraréis por la mitad pero no es imprescindible si se tiene maña. Lo que pasa es que es una masa aceitosa y claro, muy elástica, y según cómo, se estira y pierde la forma.
Con 2 cuadrados de 15 x15 cm de papel de horno podrás ser más rápida.
Pues éso, aplastar cada una de las bolas formando un círculo bien plano con ayuda de otro cuadrado de papel de horno, que ya te ayudará a doblar por la mitad el círculo. Ahh, y que no transparente la masa del círculo, para que tenga cuerpo, solidez. Grosor fino pero no demasiado.
Rellenar con un poquito del relleno en el centro y cerrar por la mitad como si fuera una empanadilla con la ayuda de otro papelito de horno. No rellenar demasiado porque tiene que sobrar suficiente borde para poder enrrollarlo bien para darle el acabado de borde tipo cordón que es la característica principal de estos pastelitos, aunque tampoco es imprescindible.
Se puede sellar el borde de manera lisa aplastando uniendo los 2 bordes simplemente con los dedos. Esta segunda modalidad se suele usar para diferenciar los pastissets de cabello de ángel (cordón)de los de boniato (liso).
Y ya está! una vez sellado el borde como quieras, disponer en la bandeja y cuando ésta ya esté llena, a hornear!.
Yo, últimamente, todo lo hago a 150 ºC pq mejor sin prisas. Cuando se vean tostaditos, sacar. Pero no tocar! Esperar que enfríen un poco. Y rebozar en azúcar. Con cuidado que no se rompan si siguen muy calientes. Tampoco esperes que enfrien del todo porque el azúcar a lo mejor no se pega tanto.
Y a esperar que enfríen del todo y a disfrutar de un postre tradicional, fácil, barato y sabrosísimo! Y que ya se puede disfrutar todo el año gracias a que existen esas conservas para el relleno.
Yo, como siempre, improvisando creatividad... en una segunda tanda, usé la misma masa, el mismo círculo, en lugar de plegarlo por la mitad, lo plegué en plan bolsita, cerrando arriba. Lo rellené con crema de avellana y al emplatar lo espolvoreé por encima con un poco de cacao puro. También riquísimos!
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